Ignacio Gatica, Paloma Contreras Lomas, Daniel Aguilar Ruvalcaba, Adriana Martínez Barón
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Queride espectadore:
Sea usted bienvenide a esta exposición en circulación espectral. Podríamos decir que la circulación espectral es una forma geométrica sin pausa que no se quiere ir, se aferra y de tanto dar la vuelta y repetirse, se vuelve costumbre invisible pero con presencia innegable.
¿Ya miró la exposición? Si no la ha visto le recomiendo que antes de leer este texto se de un rol. Los textos de sala son solamente palabras para acompañar la mirada. Honestamente, pues cada quién toma su rumbo con o sin choro. Círcule pues en el espacio. Tómese su tiempo. Y obviamente esto dependerá de si usted mira o ve exposiciones… (1 min, 5 min, 10 min, 20 min, 60 min)... ¿ya?
Bueno, pues espero que usted también lo haya percibido. Y si no pues no hay pedo. De cualquier forma el motivo de esta misiva impersonal personalizada es compartirle algo curioso que experimenté. No quiero forzar a que usted sienta lo mismo, por eso le pregunto, ¿advirtió un destello frágil, un susurro distante, un olor de antes?... Es que tengo la hipótesis de que las obras de esta exposición están como poseídas por una lejanía rebajada y silenciosa (una extraña combinación entre Lizandro Meza y Walter Benjamin). Como si hubieran voluntades, querencias ajenas habitándolas. Sí, sí, lo sé, a todes nos atraviesan voces calladas que no son nuestras. Pero también en aquello que llamamos obras hay líbidos, espectros. Por eso digo que las obras de esta exposición están en el espectro. No me refiero, exclusivamente, a que encarnan cierto grado de autismo. Están en el espectro pero en el espectro marxiano. En efecto marxiano, por esas ideas críticas que se diseminaron por todas las dimensiones y galaxias.
Reconoce las palabras iniciales del Manifiesto Cosmunista: “Un fantasma recorre la Vía Láctea: el fantasma del cosmunismo”. Es un fantasma que desde aquel entonces ha rumiado todos los planetas. Por supuesto que también ha visitado las artes, las galerías, los museos y a algunes artistas y, muy a pesar de la purga intergaláctica macartista, se ha quedado pegado como chocambre nebuloso en el piso. Y cuando este espectro electromagnético aparece, generalmente, hay dos reacciones: ira o alegría. Esto ya dependerá de nuestra ideología cósmica. Para la ultraderecha sideral el diagnóstico de que estas obras están en el espectro marxiano sería una irrefutable prueba de la decadencia de la órbita occidental y el triunfo del marxianismo cultural en la atmósfera; mientras que para una izquierda más molecular sentirían una llana y franca simpatía estelar pero insuficiente, no bastaría estar, demandarían metafísicamente, multiplicar, ser en los espectros… ay, perdón, perdón, chale me fui muy lejos. Ya hasta en el pinche espacio exterior andábamos.
A ver, volamos de regreso al espacio interior de esta galería. Listo. Justo a tiempo. Los espectros están hablando entre sí e insólitamente de forma ordenada. Si no escucha aquí le transcribo lo que ilustran:
Estoy hecha de billetes, me podrían usar para ceremonias de yajé, o hasta de peyote, o de perico, o de crico, ora sí que ya cada quién. Carezco de plumas porque mi vuelo es bolivariano. ¡El imperio yankee me boicotió! Me estancó, me infló y me devaluó al punto que éste bello papel moneda que miras es más costoso que mi propia denominación. ¿Sabes que está penado cortar billetes?, ¿será porque podarlos aumenta su valor y eso afecta las finanzas del 1%? Una de las manos artesanas que me hicieron ha tocado la prisión… ¡pero por trabajar con plumas de aves!… y dicen que muy antes la gente usaba las plumas como moneda de cambio. Ojalá que se cumpla la profecía de que sea el vuelo de los pájaros, y no el dinero, o Bolívar, o Monroe, o Martí quienes unan a este continente despedazado.
Nosotros anduvimos namás manejando el automóvil hacia donde nos decía el Señor. Fuera éste el patrón del Partido o el de la Empresa. En esta viñeta en óleo, captada al estilo de Bruyer, fue cuando hicimos un viaje en un carrito que nos agarramos de Luz y Fuerza. Llevábamos a representantes de la Confederación de Trabajadores de México. Nos pusimos un pedón y hasta creo que atropellamos un cacomixtle. Ah, se me olvidaba que ahí estaba la Muerte también. Ahí estuvo metiéndole adrenalina al asunto. Como que el alcohol o las clonas no me dejan recordar bien. Pero como que vi a la Muerte de lejos finando a unos compañeros del síndicato que no querían romper la huelga. La neta es culera porque sólo se chinga a los creyentes en la autoorganización y la autonomía, pero pues también es culpa de ellos por andar de revoltosos y no alinearse a los que nos dice el Señor.
Yo morí en este mercado. No soy la rata como tal, soy un dibujo hecho por un niño y luego interpretado como piñata. Y lo que ven en mi panza es una fiesta en la que el pueblo malo (neosinarquistas, lesbomarxistas, malandros y garzasadistas) celebraron al mercado Echeveste, en León, Guanajuato, que es donde les digo que me morí. El motivo de la fiesta, el tema, eran los “mostros” del mercado porque de por sí ese mercado ya es anomalía pero ahí sigue. Y es que no todos los mercados (como noción económica) son a imagen y semejanza de las formas blancas o blanqueadas. La homogeneidad del capital es la violencia hacia la diferencia. Bueno las piñatas, las que pasan por mi estómago, fueron diseñadas por infancias de la comunidad del mercado para graficar los mostros que habitan fantasmalmente ese lugar. Como yo una rata chimuela de tanto tomar coca.
Mire la religión y la arquitectura comulgan en esta medalla. El centro bursátil aparece virgencito, omnipotente, dispuesto a cumplir milagros… ¿qué desea?... ¿No le parece chistoso que en las dizque culturas económicas más vergas el poder financiero no se cuestiona? Es una creencia ciega. Pobres niños ricos “su Dios es el dinero” como bien dijo, en su momento y válido hoy día, mi cura Miguel Hidalgo. Y hablando de Independencia wachen estas banderas de México y de EE.UU. en scroll, como display del Wallstreet, con info del Banco Mundial, ahí va la deuda externa que es una forma de control neocolonial. Ve ahí van los futuros de cada nación pronosticados con la frialdad algoritmica que sirve para calcular stocks. Esto es una composición religiosa que muestra la moraleja teológica de que hay que portarse bien. Pagar las deudas y apoyar a nuestros vecinos del Norte. Perdonar sus pecados, para que nos den más crédito. Porque si no el dinero se enoja y nos vaya a bolivarear.
Ya, ya estuvo. ¿Lo escuchó?, ¿está también en el espectro, en cuál será?...
Según que tenía que ser un texto de sala breve. De los que duran una cuartilla, lo siento. Si sí llegó hasta aquí solicite su Duvalín o un abrazo o algo por la paciencia, gracias.
Sin más por el momento me despido y quedo fantasmagóricamente de usted.
Como diría Rockdrigo: ahí nos vemos luego bajo el sol.
ATENTAMENTE,
Paul S. Sánchez
Escritor y fanático del elote en vaso